Controversia sobre el límite
chileno-argentino entre los
hitos 16 y 17. Arbitraje Palena

CHILE → ARGENTINA
1964-1966

CRONOLOGIA

CONTROVERSIA

ARBITRAJE

EL FALLO

REPOSITORIO

LA CONTROVERSIA

El Laudo limítrofe entre Chile y Argentina de 1902 estableció la frontera en la región patagónica y sirvió como referencia para todas las disputas entre ambos países durante el siglo XX. Pero dicho arbitraje y la demarcación que le siguió en 1903, con el paso de los años y el poblamiento de la zona evidenciaron debilidades que causaron tensiones en las relaciones vecinales.

En el caso de la frontera en el valle cordillerano de Palena, el Laudo de 1902 trazó una línea que consideraba los principales hitos del lugar: Río Palena, Río Encuentro, Cerro de la Virgen y Lago General Paz. En base a eso, en 1903 la Comisión Demarcadora británica liderada por el capitán Bertrand Dickson fijó en el terreno los hitos que precisarían la frontera: el hito 16 frente a la confluencia de los ríos Encuentro y Palena y el hito 17 en la ribera norte del Lago General Paz.  El límite seguiría desde el hito 16 por el Río Encuentro hasta su nacimiento en las faldas de una montaña, y luego a lo largo de la divisoria de aguas hasta el hito 17. Pero debido a fallas en la información geográfica, se pensó que la fuente del Encuentro estaba en las faldas occidentales del Cerro de la Virgen y se creyó, también erróneamente, que la divisoria de aguas hasta el hito 17 asignaría a Argentina las cuencas superiores del valle del Palena y a Chile las cuencas inferiores.

Argentina no quedó conforme con la demarcación, y tras enviar a un ingeniero a la zona para reconocer el Río Encuentro, en 1913 intentó obtener de Chile el traslado del hito 16 desde la desembocadura del verdadero Encuentro a la del Río Salto, ubicada más al oeste que la del Río Fantasma. Chile no aceptó y cerró toda discusión sobre el asunto alegando que el fallo de 1902 era de carácter inamovible.  Un año después, ambos gobiernos firmaron un acta con las coordenadas de los hitos fronterizos manteniendo las del hito 16.

Para esa fecha, ya se habían asentado colonos en la zona, quienes reconocían como chileno el territorio y acataban actos administrativos de Chile, como la aplicación de un sistema formal para la tenencia de la tierra, matrimonios y defunciones, registro de marcas de animales, establecimiento de servicios educacionales y otros.  Pese a eso, divergentes interpretaciones del Laudo de 1902 mantuvieron abierta la disputa, lo que motivó a ambos países a crear en 1941 la Comisión Mixta de Límites, que, si bien logró establecer acuerdos en los extremos del trazado, no llegó a conclusión común respecto del recorrido de la línea fronteriza.

A partir de 1945, la Comisión Argentina de Límites publicó mapas que introducían cambios de toponimia, trasladándose el nombre “Encuentro” a un curso de aguas que venía desde el sur y, finalmente, convirtiendo al verdadero Encuentro en un afluente que concluyó por llamarse “Falso Engaño”. Por medio de estos cambios, Argentina pretendía las nacientes del Río Encuentro y del Río Engaño. También desplegó agentes de Gendarmería en la zona, incluso hostigando a colonos chilenos. Los colonos  debían renunciar totalmente a toda administración chilena con serias amenazas al no dar cumplimiento; solicitar documentos de identidad argentinos;  decir obligatoriamente que habitan tierras argentinas, en caso contrario serán detenidos y puestos a disposición de la autoridad; todo aquel que desee quedar en Chile  será desalojado y remitido a su país de origen, y para ir a Palena deben retirar un salvo del puesto de Carrenleufú; el que no lo hacía será castigado con varios días de calabozo.

En vista de que los técnicos de Chile y Argentina no llegaban a acuerdo sobre la ubicación del Cerro de la Virgen —clave para trazar la línea fronteriza— y que cada país pretendía para sí el territorio en disputa, fue el turno de la política.

El 2 de febrero de 1959, el presidente argentino Arturo Frondizi y su homólogo chileno Jorge Alessandri suscribieron la Declaración de Los Cerrillos, comprometiéndose a iniciar negociaciones para encontrar fórmulas arbitrales y resolver disputas pendientes. Los mismos mandatarios, el 22 de marzo de 1960, firmaron la Declaración Conjunta sobre Arbitraje, en la que acordaron someter al arbitraje de la Reina Isabel II de Gran Bretaña (o en su defecto al presidente de Suiza) la disputa limítrofe en la zona del Río Encuentro y valles de Palena y California, mientras que la disputa del Beagle sería sometida ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Luego de superar varios obstáculos, en medio de tensiones por otras controversias y desoyendo a grupos nacionalistas que no creían en la resolución de conflictos por medios diplomáticos, el recién instalado gobierno de Eduardo Frei Montalva logró un acuerdo con Argentina el 6 de noviembre de 1964. Aquel día, los cancilleres Valdés Subercaseaux de Chile y Zavala Ortiz de Argentina emitieron una Declaración Conjunta en donde se comprometían a llevar la disputa ante la reina británica. El arbitraje se desarrolló entre 1965 y 1966 en Inglaterra.

EL ARBITRAJE

El 2 de marzo de 1965 el Gobierno de la Reina Isabel II de Inglaterra nombró un Tribunal Arbitral, que quedó presidido por el jurista Lord McNair e integrado por el geógrafo Sir Kirwan, el Brigadier Papworth y el secretario Johnson. Un mes después, se firmó el Compromiso Arbitral, documento que precisó el alcance del arbitraje. Acto seguido, las partes nombraron sus agentes: Chile designó a José Miguel Barros y Víctor Santa Cruz, y Argentina hizo lo propio con Ramón Vásquez y José María Ruda.

Iniciado el proceso, y luego de que las partes hicieran llegar a la Corte mapas de la zona en disputa, el 1 de diciembre de 1965 Chile y Argentina presentaron sus respectivas memorias.

En su Memoria, Chile sostuvo que el curso del límite en el sector comprendido entre los hitos 16 y 17, es una línea que, comenzando en el hito 16, sigue por el Encuentro hasta su naciente en las laderas occidentales del Pico de la Virgen, asciende directamente a dicho pico y desde allí sigue en forma continua por la elevada divisoria local de aguas hasta el hito 17. Argentina, en cambio, sostuvo que, a pesar de la validez del Laudo de 1902, la línea fronteriza permanecía sin fijarse y que el trazado era distinto del que defendía Chile.

Ambas partes estuvieron de acuerdo en que entre el Laudo de 1902 y la demarcación de 1903 se cometió un error geográfico, aunque disentían en el tipo de error: para Argentina el hito 16 se erigió en un punto equivocado, mientras que Chile aseguraba que dicho hito estaba bien puesto, y que el error principal fue una representación equivocada de la topografía en el mapa del Laudo. Esta representación incorrecta resultó en que, contradiciendo la verdadera intención del árbitro de 1902, el Laudo estableció el límite pasando por el Cerro de la Virgen en lugar de hacerlo por la montaña posteriormente denominada por Chile como "Pico Virgen" o "Pico de la Virgen".

Tras examinar los documentos presentados por Chile y Argentina, la Corte envió una misión a la zona en disputa entre diciembre de 1965 y enero de 1966. El proceso continuó con las contramemorias, presentadas el 20 de junio de 1966, y concluyó con los alegatos orales entre el 19 de septiembre y el 21 de octubre.  A inicios de diciembre, se dio a conocer el laudo.

EL FALLO

El 9 de diciembre de 1966 fue dictado el Laudo de la Reina Isabel II.

La Corte consideró que el Laudo de 1902 —incluyendo la demarcación de 1903— fijó el curso del límite entre el hito 16 y la confluencia del Río Encuentro y, también, entre el hito 17 y el Cerro de la Virgen y que no hay otras partes que se hayan fijado. Por lo tanto, le correspondió pronunciarse sobre el curso del límite en la parte no fijada, o sea la que va entre la confluencia y el Cerro de la Virgen. Sobre esos puntos, el Laudo dejó las nacientes del Río Engaño en territorio argentino y casi la totalidad del Río Encuentro en territorio chileno.

El fallo fue favorable a Chile, pues se adjudicó el valle de California, colonizado tempranamente por chilenos, y confirmó que el Río Encuentro nace en el cordón de las Vírgenes. Argentina quedó con el área más montañosa del sector, de una superficie de 420 km².